20 POEMAS DE CUASIDARCAS
Salomón Rovedo
3
“El alma era y el alma”.
Nicolás Guillén
Toma mis manos frías y bésame.
Mis golpes de pecho sin aliento.
Arregla mis ojos llorosos y apagados.
Exhúmame toda, toda resistencia.
Totalmente desequilibrado en suspensión de alambre.
Deformame con tus cálidas manos de barro.
Rompe mis huesos, guárdalos para ti.
Haz un juguete desmontable.
Trae el repugnante brillo de tus ojos.
Baja mis párpados apagados.
¡Apaga mi penúltima Luz!
(Amaricanto)